El viernes por la mañana estuve con mis padres en un entierro aquí en Madrid. Nada importante, no conocía al muerto, ni siquiera a su hijo realmente y ligeramente a su mujer. Mis padres si que la conocen bastante.
A pesar de no ser muy agradable asistir a estos eventos, llevé con el coche a mis padres, pululé un poco por el tanatorio y sus exteriores, esto fue el jueves por la tarde, aproveche para saludar y hablar un poco con algunas personas más cercanas a la mujer que también son amigos mas directos de la familia. También tuve tiempo para pensar en todo el negociete montado alrededor, pues todas las salas del tanatorio estaban llenas. Bueno, así son las cosas.
El viernes por la mañana regresamos de nuevo para el entierro. El cementerio, de bloques de nichos, está junto al tanatorio así que no hay que desplazarse apenas y se puede ir andando. La mañana era bastante fría, la abundante niebla acechaba por todas partes ocultando con fuerza el sol y había que ir bien abrigado.
LLegó la nota de color.
El grupeto de gente allí reunida nos disponíamos a acompañar al coche fúnebre hacia el nicho. Resulta que el muerto tenía relación con una banda de música y allí aparecieron armados con sus instrumentos, una orquesta entera. Seis hombres se echaron a hombros el ataúd y la comitiva se puso en marcha al son de los primeros compases de la orquesta.
Abría el coche fúnebre, el ataúd a hombros, seguidos del grupeto más o menos formado en filas de mayor a menor importancia de relación con el muerto. Yo me quedé al final con los tres o cuatro que cerrábamos el grupeto.
Seguía el director de la orquesta y todos los músicos de la banda a continuación. Todos al paso de la marcha fúnebre que tocaban, aunque era animadilla. El recorrido apenas fue de unos minutos. A medio camino, no se si por el frío y la niebla, por la música que le daba cierto toque de color que hacía de aquel momento algo singular, el caso es que me estremecí.
LLegamos al nicho, la orquesta paró de tocar, metieron el ataúd, tapiaron, colocaron las coronas de flores, se dijeron algunas palabras y la orquesta entonó de nuevo la misma marcha como despedida final. Según oí comentar, le iban a dedicar al muerto un próximo concierto que iban a dar.
No es que haya asistido a muchos entierros pero sin duda esta banda de música me deja el mejor recuerdo de todos ellos.
Salu2.